Adaptación al Cambio Climático
La crisis climática impone a nuestro planeta, país y particularmente a la región de Aysén, la necesidad urgente de adaptarnos al cambio climático para mejorar nuestra resiliencia a sus efectos. Este contexto de cambio climático en la región de Aysén requiere un modelo de desarrollo sostenible y bajo en emisiones de carbono, con la capacidad de mitigar fuertemente los Gases de Efecto Invernadero (GEI).
Para cuantificar los impactos, se utilizan modelos climáticos que relacionan cómo las actividades humanas influyen en las emisiones de GEI, las concentraciones proyectadas de estos en la atmósfera, y cómo esta concentración incide en la variabilidad climática a largo plazo y en la ocurrencia de eventos climáticos, su magnitud y su persistencia.
Fotografías: SERNATUR
Riesgo climático
Dado lo anterior, uno de los conceptos clave es el riesgo climático, entendido como la probabilidad e intensidad esperada de impactos negativos sobre un territorio, sistemas sociales y personas que habitan el sector, producto de sucesos de naturaleza climática.
Proyecciones Región de Aysén
Respecto a las condiciones climáticas de los últimos 30 años y las proyecciones climáticas entre los años 2035-2065, presentados en el Anteproyecto PARCC (2024) utilizando el explorador de amenazas climáticas de Atlas de Riesgo Climático (ARClim) del Ministerio del Medio Ambiente, se analizaron y priorizaron 8 amenazas climáticas más representativas en el contexto de cambio climático en la región de Aysén, en donde se detallaron principalmente 4, bajo el supuesto camino que debería seguir la concentración de carbono atmosférico producido por el calentamiento global (escenario más pesimista con intensas emisiones de gases de efecto invernadero RCP 8.5).
En resumen, los impactos y riesgos como efectos del cambio climático cada vez son más complejos y difíciles de manejar, especialmente en el contexto de cambio climático en la región de Aysén, donde las diferentes condicionantes climáticas pueden ocurrir simultáneamente (IPCC, 2022). Esto hace que la elaboración y gestión de los instrumentos de planificación y gestión climática deban prestar especial atención a los principios de enfoque ecosistémico y flexibilidad, permitiendo incorporar tanto nuevas medidas como conocimientos científicos actualizados y necesidades emergentes (MMA, 2022).

Fotografía: SERNATUR